¿Te acuerdas de pequeño cómo y qué cosas te corregían profesores, padres y, en general, los mayores?: "Siéntate bien", "Ponte recto", "No pises la hierba", "Hay que ser obediente", "No pises el sofá con los zapatos", "no comas muchos caramelos", "no hagas ruido" y tantos otros clásicos. Pues esto, que sepáis, o si lo sabéis que confirméis, que no hay cambiado.
Ahora os voy a contar experiencias mías o cercanas con la policía, guardia civil o seguridad ciudadana en general: Vamos corriendo mi primo y yo por la calle, dos niños de unos once o doce años y un guardia civil cruza el coche en la acera, nos da el alto, y nos pide documentación y que le enseñemos qué llevamos en los bolsillos.
Otra: Estoy en un local con unos amigos, serían las dos o las tres de la madrugada, y se para un coche de la policía local en frente y nos dicen que ya no se puede poner música, que no la pongamos. Debo aclarar que no estábamos escuchando música.
Esta es genial: Estamos en el parque unos colega comiendo pipas y viene un six pack compuesto de 4 policías locales y dos guardias civiles. Al pasar por nuestro lado uno de los policías locales nos dice que no tiremos pipas al suelo (Aclaro que tirar cáscaras de pipas al suelo es algo muy común en España, que lo hacen viejas, viejos, jóvenes, adultos, niños... y en ese parque, ese día a esa horahabía mucha gente haciéndolo) que hay niños, nos dicen.
La última ha sido en el metro, en el que yo estaba sentado con el pié apoyado en la parte inferior de esa barra central para que se agarre la gente (Aclaro que era la una me la madrugada y no había mucha gente, decidí acomodarme) y viene un seguratilla y me dice que me "ponga bien".
De acuerdo, cuatro anécdotas, cuatro estupideces. No es casualidad que haya escrito como entrada una serie de correcciones u órdenes que, muchas veces de forma totalmente automatizada, nos daban nuestros padres, abuelos, profesores y demás mayores, que probablemente por ser mayores y asimilar de pequeños que los mayores daban esas órdenes ahora ellos, por su condición, han de darlas.
Os pido una pequeña comparación entre las frases de los mayores y las intervenciones de los policías:
Ciertamente ninguna se parece a primera vista si comparas la frase con la intervención, pero si examinas la trascendencia de sus actos, lo que provoca en la sociedad, esa mejoría que se busca mediante la vigilancia constante y escrupulosa de los cuerpos de seguridad del estado es nula. No sirve que alguien me regañe porque apoyo el pié en una barra, no sirve que me digan que no tire cáscaras de pipas al suelo, no sirve que me avisen que no ponga música o que me paren veinte minutos e interroguen a dos niños de once años y pedirles explicaciones de porqué corrían. No tiene ningún tipo de repercusión. Es muy ridículo que las fuerzas de seguridad se dediquen a ir detrás de ti diciéndote: "niño no hagas eso" ¿Para eso están?
Se dedican a ser nuestros papás, todo el día detrás.
Nuestros mayores más que posiblemente nos corregían porque nuestro entendimiento no llegaba a comprender que determinadas cosas no nos convenían y determinadas cosas sí. Si un policía entiende que es como un padre o, aunque no lo comprenda con estas palabras, que en sus actos esté implícito que así lo entiende no tenemos una seguridad ciudadana, tenemos una tutela ciudadana. Esto implica que el policía consideraría que, por serlo, su juicio está por encima de el juicio del ciudadano.(Todo esto, insisto, no es que lo confirmen con sus palabras, lo confirman sus actos).
No tenemos unos iguales que nos protegen como a iguales, tenemos unos tutores, en cierta manera, por encima de nosotros a los que debemos obedecer por lo que son y no porque entendamos que sirven para protegernos los unos de los otros, simplemente porque son inútiles en este último sentido.
Los actos policiales son mucho más que cuestionables y se deberían cuestionar más de lo que se cuestionan. Las anécdotas aquí contadas me llaman la atención por lo absurdas que son estas intervenciones policiales, pero hay casos que no contaré porque no puedo corroborar que son muchísimo mas serios.
Volviendo al tema de la policía como tutela ciudadana ¿Qué significa que se consideren papás? ¿Que nosotros somos niños? ¿Que nuestro juicio está por debajo del suyo? Por supuesto, y no me da miedo admitirlo, muchos humanos adultos tienen el juicio de un niño.
Yo no voy a olvidar que un policía es exactamente lo mismo que yo, no es uno de esos papás incuestionables porque hayan superado una gymkhana y les hayan dado un pin. Están para proteger al débil, no para corregir y cuestionar mis actos, yo ya tengo padres y son padres.