sábado, 29 de marzo de 2014

CONMIGO O CONTRA MÍ

Yo tengo razón. !No¡ Yo tengo razón. !No¡ Yo, yo si que tengo razón. Puede que tengas razón, !Pero yo tengo más¡. 

No busco tener razón ni, en consecuencia, que los demás la acepten. No busco identificar y encasillar a cada uno en uno de esos cajones que tengo en mi mente. Necesitamos, a veces o casi siempre, tenerlo todo ordenado, que no haya sorpresas. Tener a cada humano localizado y, si no somos capaces de ello nos da igual, le adjudicamos un cajón, uno diferente al nuestro.

Lo que quiero decir es que no somos capaces de percibir a una persona como una persona, no somos capaces de verla como individuo. Todos hemos de pertenecer a algo, a una religión, a un partido político, a una tribu urbana, antes a una clase, mucho antes a un estamento... En fin, eso no se nos quita de la cabeza.

Si eres de izquierdas y alguien no cree en las manifestaciones, ese es de derechas. Si eres de derechas y alguien no está a favor de la ley que prohíbe el aborto, ese es de izquierdas. Si eres creyente y alguien dice que los que promueven el pensamiento cristiano en su mayoría son unos hipócritas que no cumplen lo que dicen que hagas, ese es ateo. Si eres ateo y alguien dice que negar que dios existe es tan irracional como afirmarlo, eres creyente.

Son esos prejuicios de los que todos nos quejamos y que nadie duda en aplicar al resto !ojito¡.

Esos cajones que, no por conspiración de nadie, si no por lógica científica humana hemos creado y a los que pertenecemos o queremos pertenecer como ser social que somos. Esos cajones que tachamos de correctos o incorrectos, buenos o malos según si estamos en él o no. Esos putos cajones a los que queremos arrastrar a todos para que todos ellos te den la razón. Y esto me lleva a otro berenjenal que ya contaré.

No tengo razón, solo opinión. 
Y, si me haces el favor, sube tres párrafos arriba. Todo son opiniones mías, mira a ver si te sientes identificado con alguna frase. 

Gracias por leer.